SALUDO DE BIENVENIDA

¡¡¡BIENVENIDOS!!!



El Budismo Camino del Diamante es un sistema práctico y sólido que desarrolla las cualidades y riquezas inherentes de la mente. Con un estilo accesible y moderno, trabaja con la confianza y el deseo de la gente, utilizando cada situación en la vida para desarrollar ausencia de miedo y gozo. Los centros budistas Camino del Diamante en España, forman parte de una red internacional de más de 660 centros de meditación del linaje Karma Kagyu del Budismo Tibetano. Estos centros se crearon y están dirigidos por el Lama Ole Nydahl de acuerdo con los deseos de SS el 16 º Karmapa, Rangjung Rigpe Dorje. En la actualidad están bajo la guía espiritual de SS el 17 º Gyalwa Karmapa, Trinley Thaye Dorje, quien reside en la India e imparte enseñanzas en Europa y Asia







ACTIVIDADES REGULARES - Centro de Sevilla:

-LUNES, a las 19:30h Minicharla y Meditación abierta al público.

-VIERNES, 18:30h- Meditación en el XVI Karmapa (para tod@s aquell@s que ya han meditado previamente los lunes o sábados con nosotr@s )

-FINES DE SEMANA: Meditación y Chalar introductoria. Consultar las citas de fines de semana que irán saliendo publicadas en Facebook http://www.facebook.com/BCDDSevilla o en este blog.





¡ATENCIÓN! ¡NOS HEMOS MUDADO!: DESDE EL 1 DE ENERO DE 2013 estamos en PL.- DR.-GONZÁLEZ GRAMAJE, 7 - LOCAL 19 - 41005 (zona S.Francisco Javier - Espinosa y Cárcel)

martes, 15 de noviembre de 2011

Las Cuatro Nobles Verdades (I)

¡Hola!
Os presentamos la 1ª parte de las Enseñanzas sobre las 4 Nobles Verdades, extracto del libro: "Las Cosas como Son" del Lama Ole Nydahl y que inspiró a la mini-charla de ayer. ¡Esperamos que os guste y os sirva para impregnaros mejor sobre lo comentado!

Las Cuatro Nobles Verdades
Siete semanas después de su iluminación, el Buda dio su primera enseñanza para seres humanos en el Parque de los Venados, cerca de Sarnath. Esta ciudad está situada a once kilómetros de Benarés, un lugar muy sagrado para los hindúes, donde creman a sus muertos y vierten los restos al Ganges. Allí llegaron hasta él cinco buscadores, de la clase de personas que uno describiría hoy como orientados hacía sí mismos.

Ellos pensaban en sí mismos, y su meta era eliminar el sufrimiento propio. El Buda los había impresionado mucho antes, durante su época de ayuno, pero como él había fortalecido de nuevo su cuerpo, les pareció muy mundano y lo abandonaron. Ahora lo veían sentado, radiante, y no les gustaba en absoluto la fuerza que había desarrollado. Pretendieron no verlo, pero en su campo de poder no tuvieron alternativa y tuvieron que preguntarle: ¿Por qué resplandeces de esa manera? ¿Cómo te volviste así?

Como respuesta recibieron los ascetas las Cuatro Nobles Verdades. Éstas se expresan hoy en formas ligeramente diferentes en las distintas escuelas del Budismo, y dicen más o menos así: “La vida condicionada es sufrimiento. Existe una causa para el sufrimiento. Hay un fin para el sufrimiento. Y hay un camino que lleva a ese fin.”

El que los primeros discípulos del Buda hubieran entrado a través del sufrimiento y no de la alegría, y el que estas cuatro frases sean tan fáciles de retener en la memoria, ha tenido consecuencias hasta hoy para el Budismo vivo. A pesar de que siempre se representa al Buda sonriendo, ya sea en cuadros o estatuas, a causa de estas afirmaciones de sus enseñanzas, esperan, sobre todo las personas educadas, un lógico pesimismo. Por lo tanto, los sustentadores de su transmisión viva, en la actualidad, tienen que luchar en contra de las interpretaciones incorrectas de que sus palabras niegan la vida, y mantener libre el camino para los seres alegres. Por ejemplo, esta visión pesimista comúnmente se presenta cuando las personas se encuentran con el término de Nirvana, el cual tiene dos aspectos, el del logro de una paz mental o el de la iluminación, y que es traducido por algunos eruditos con muchos títulos como “Apagar de un soplo”. Su interpretación es que los budistas quieren caer después de la muerte en una “nada”. Considerando los cientos de millones de budistas felices y activos que viven según la ley de Causa y Efecto y ven la Reencarnación como evidente, esta interpretación parece superficial. Si se malinterpreta el Nirvana como un simple desaparecer, no podría lograrse el nivel de experiencia en meditación de la conciencia misma como gozo intemporal e ilimitado. Por eso es tan importante no traducir con ligereza términos que expresan estados absolutos de la mente, utilizando conceptos dualistas como por ejemplo las clasificaciones usuales de “bueno” y “malo”, “ser” y “no ser”, sino abrirse en cambio a la forma de pensamiento integral del “esto y lo otro”.

Comprendidas en forma correcta, las Cuatro Nobles Verdades constituyen un marco útil para las enseñanzas del Buda. Sobre ellas existen las interpretaciones más diversas, que han usado como base, las corrientes budistas existentes a través de los últimos veinte siglos y medio. Aún cuando fueron originalmente enseñadas a personas que sólo pensaban en su propia liberación, ellas pueden dar una dirección a la vida.

Las primeras palabras del Buda fueron: “Hay sufrimiento”. El que oiga estas palabras por primera vez, probablemente piense: ¿Qué clase de sufrimiento mundial es este, entonces? o ¿A quién le querrá vender este cuento tan malo? Las religiones dramáticas entran en escena de una forma completamente distinta y afirman: “Mi Dios es el único”, “Mi Dios es el más fuerte” o “La venganza de Alá es despiadada e infalible”. Dichas religiones le dan seguridad al débil, les da la ilusión que no hay responsabilidad personal, lo cual no es posible, y les da el sentimiento de ser parte de algo grande.

Visto desde una perspectiva más madura, esta primera declaración del Buda contiene también, además de la constatación general de que hay cosas dolorosas en la vida, unas posibilidades inmensas. Señala una dicha infinita. Casi todos olvidan la naturaleza condicionada de los fenómenos internos y externos y sobre todo que las experiencias dependen de la naturaleza del experimentador. Con seguridad no se requiere de un Buda para decirles a las personas que hay días mejores y peores. Todos los seres parecen estar conscientes de sus sentimientos, capacidad que es independiente de cualquier otro talento que posean. En este punto, no se requiere de ayuda. El Buda se vuelve necesario para señalar lo que las personas por lo general no comprenden. Sin el Buda, se perderían el espejo radiante detrás de las imágenes, la conciencia intemporal y no condicionada detrás de todas las cosas, la experiencia del gozo más alto que es inherente a la riqueza de la mente, a la felicidad que abarca todo y que es inseparable de la iluminación

“Hay sufrimiento” tiene también el significado adicional de que uno puede confiar en la mente que experimenta. Que al lado de la constante frescura de la iluminación toda experiencia cambiante es estrecha. En comparación con el esplendor del espacio ilimitado y consciente todo lo otro es sufrimiento, hasta los momentos más preciosos de la exaltación o del amor, también la ola más hermosa es menos satisfactoria que el océano mismo.

Por lo tanto, la primera de las Cuatro Nobles Verdades del Buda no es una pintura negra, como pudiera parecer ante una mirada superficial, o incluso como piensan muchos budistas educados del mundo, sino algo muy sublime: quien nos señala que nuestra mente intemporal es más perfecta en sí misma que todos sus juegos pasajeros nos hace ilimitadamente ricos.